Por Uri Colodro @ur1992

Fotos: Sebastián González @sebagonzalez_z

Selección de Hito Urbano: Coca Ruiz @cocaruiz

 

 

No es habitual escuchar la frase “juntémonos afuera de la Biblioteca Nacional”. Probablemente la Plaza Italia o el centro comercial Costanera Center se lleven el galardón de los puntos de encuentro más frecuentados por los santiaguinos. Sin embargo, su condición de hito es innegable, posicionándose como uno de los edificios más interesantes dentro del triángulo fundacional de la capital de Chile.

 

La historia de la Biblioteca Nacional de Chile es de larga data, remontándose a los primeros años de la fundación de la República. De hecho, se trata de una de las primeras instituciones que se fundaron el país una vez que dejó de pertenecer al Reino de España, siendo el mismo Bernardo O’Higgins junto a otros próceres de la patria, quienes consideraron que era de vital importancia contar con un repositorio bibliográfico nacional. Sin embargo, no fue hasta 1925 que se abrieron las puertas del edificio que alberga actualmente sus instalaciones, ubicado en la avenida principal del Santiago, la Alameda del Libertador Bernardo O’Higgins. Anterior a esta locación, la biblioteca estuvo en tres edificios diferentes, destacando el del actual Museo Chileno de Arte Precolombino, uno de adobe en las dependencias de la actual sede del Congreso Nacional en Santiago y el Palacio del Real Tribunal del Consulado, donde se ubican actualmente los Tribunales de Justicia.

 

 

 

 

¿Qué tiene de particular este edificio?

Ubicado en la principal arteria de Santiago, es difícil que pase desapercibido. A pesar de que el trazado ortogonal de las calles del centro de Santiago resta focalidad y protagonismo a las edificaciones, la plaza Benjamín Vicuña Mackenna le otorga visibilidad en el recorrido desde el oriente, generándose una integración paisajística con el cerro Santa Lucía, cuyos accesos y diseño de paseos siguen una lógica estética similar. Su exterior se encuentra coronado con añosas palmeras washingtonias, que se encargan de recordarnos que, a pesar de la estética europea que siguen esas esquinas, nos encontramos en una capital latinoamericana.

Con una estructura de hormigón armado, el edificio se enmarca cuidadosamente en el estilo neoclásico, teniendo un patrimonio artístico relevante en cuanto a sus terminaciones, trabajadas en su gran mayoría con materiales de fabricación nacional.

 

 

Asimismo, a pesar de ser la sede bibliográfica de un país que para el año de su inauguración contaba con menos de 4 millones de habitantes, y una composición todavía preponderantemente rural, en 2015 fue sometida a un concurso por el sitio Architecture & Design, que la posicionó en el lugar número 36 entre las bibliotecas más majestuosas del mundo, superando a El Ateneo de Buenos Aires y compartiendo el listado con edificios de relevancia histórica como la Biblioteca de Alejandría en Egipto, la Pública de Nueva York y la Nacional de Francia.

 

 

 

Con elegantes escaleras, cúpulas y ventanales que aportan una luminosidad cuidadosamente filtrada a cada uno de los espacios, hay dos salones en particular que merece la pena conocer, ya que destacan por su arquitectura e interiorismo. La sala Medina -en honor a José Toribio Medina- cuenta con una importante colección de textos coloniales, que suman más de 35 mil. Su atmósfera es mágica: la luz es tenue, el mobiliario -perteneciente originalmente a Medina- de una fina selección de maderas nobles, así como sus ventanas y las galerías que la recorren alrededor en dos de sus tres niveles. Un segundo espacio que no puede dejar de visitarse corresponde a la sala Gabriela Mistral, nombre alusivo a la poetisa más importante que ha tenido el país, cuya obra se enfoca principalmente en los niños y la labor educativa que ejerció en sus primeros años como maestra en la localidad de Vicuña. La sala recuerda a simple vista la estructura de una sala de clases, con grandes mesas dispuestas en torno a un pasillo central. Su diseño y trabajo interior marca una diferencia con la Sala Medina, ya que cuenta con numerosos bustos y sus bordes corresponden a arcos intercalados por columnas. Es de mayor tamaño y mucho menos recargada, lo que le brinda una atmósfera liviana que, probablemente, permite concentrarse mejor.

 

 

Muestras actuales

La Biblioteca Nacional, además de sus colecciones bibliográficas permanentes, organiza constantemente actividades y exposiciones gratuitas. Ejemplo de ello es el Museo del Bonsái, inaugurado en 2012 con el auspicio del Instituto Cultural Chileno Japonés, y que contó con un ciclo de talleres y exposiciones ese mismo año. Actualmente, las actividades se enfocan en la literatura, con un taller de cuentos fantásticos y de terror, que ya tuvo inicio durante el mes de junio y que está dirigido a adolescentes mayores a los 16 años.

Otras dos exposiciones se están desarrollando el palacio de la literatura chilena. David Rosenmann-Taub: Artista en Tres Dimensiones muestra las facetas del artista chileno y su incursión no sólo en la poesía, sino que también en la música y el dibujo, mientras que Pupila, Sensibilidad y Repunte Social: A 80 Años de la Generación Literaria del 38 estará disponible hasta el 15 de septiembre en la sala América.

 

 

Horarios

La Biblioteca Nacional de Chile es un espacio abierto a la ciudadanía que puede visitarse de lunes a viernes de 9:00 a 19:00 horas y los sábados de 9:10 a 14:00 horas. Si quieres conocer alguna sección en particular, es recomendable verificar los horarios su sitio web oficial, ya que algunas salas en específico cierran más temprano.

http://www.bibliotecanacional.cl

 

Uri Colodro
Geógrafo y Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Candidato a M.Sc. en Gobernanza de Riesgos y Recursos, Ruprecht-Karls Universität Heidelberg. Sus mayores áreas de interés corresponden al ámbito de la geografía urbana, social y

Uri Colodro
Geógrafo y Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Candidato a M.Sc. en Gobernanza de Riesgos y Recursos, Ruprecht-Karls Universität Heidelberg. Sus mayores áreas de interés corresponden al ámbito de la geografía urbana, social y cultural. Dedicado a la investigación y la consultoría. Lector apasionado y escritor de medio tiempo. Libera tensiones en la cocina y saliendo a dar paseos por la ciudad.

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