En la comuna de Providencia, existe un lugar cuyos espacios entrelazan excepcionalmente el respeto histórico y la modernidad en cada rasgo distintivo que posee, creando un hogar, una pieza de arte arquitectónica concebida por la visión artística del arquitecto José Pedro Abé, fundador de Monolitos Chile.

En esta oportunidad, nos dio la bienvenida para adentrarnos en un proyecto más personal, una propiedad que fue no solo un trabajo para él, fue el hogar de su familia: el Dúplex Antonio Varas. En esta entrevista íntima, José Pedro destaca que cada decisión de diseño fue vista desde la intención de crear “un contraste entre lo antiguo y lo nuevo”. 

Su hogar se asienta en un edificio que es un testimonio del movimiento moderno en Chile, diseñado en 1968 por los arquitectos Carlos Barella Íriarte e Isaac Eskenazi Tchimino. Este espacio no solo capturó su imaginación por su singular distribución y potencial de expansión, sino también por su ubicación privilegiada en Providencia, rodeado de un vasto jardín que conjuga lo mejor de dos mundos: la vibrante vida urbana y un oasis de tranquilidad.

Nos gustó también estar en el centro de providencia, pero contenidos en un gran jardín que une las torres del conjunto y nos generaba lo mejor de dos mundos”, comentó. 

Las remodelaciones emprendidas fueron un ejercicio de introspección y anticipación, imaginando la vida que fluiría a través de estos espacios, inspirándose en la simplicidad y la calidez de la arquitectura nórdica. Para esto, eligió maderas nativas y materiales que resistieran el paso del tiempo, buscando crear un ambiente que trascendiera las tendencias para convertirse en un verdadero hogar.

Al tomar la decisión de vender este proyecto, José Pedro halló en La Casa de Juana el socio ideal, coincidiendo con nuestra filosofía de valorar no solo la arquitectura, sino también la riqueza emocional y la preservación cultural de nuestros barrios. 

A través de la visión de José Pedro y la colaboración con La Casa de Juana, el Dúplex Antonio Varas se erige no solo como una obra de remodelación con propósito, sino como un puente entre el ayer y el hoy, un espacio donde cada detalle narra una historia de respeto por el pasado y esperanza en el futuro.

Este proyecto es un testimonio de cómo los espacios no solo se diseñan o remodelan; se viven, se aman y finalmente, se comparten, creando legados que perduran.