En medio de mi afán por conocer cada rincón que me resulte interesante, antes de que sea destruido por alguna inmobiliaria, al fin pude sumarme a uno de los tantos paseos patrimoniales que realiza ¡gratuitamente! la Municipalidad de Providencia. Ya había participado de tours por el Cementerio General o la Viña Cousiño Macul, pero nada que fuera en una de mis comunas.

Así, un sábado de fines de mayo partimos temprano a conocer el famoso “castillito” de Los Jesuitas. Que no es realmente un castillo, ni tampoco perteneciente a una congregación, sino una casona antigua, ubicada en José Manuel Infante con Los Jesuitas, perteneciente a la familia Sermini. Don Anselmo Sermini, hijo de italianos que llegaron al sector de Santa Isabel, era un empresario textil que trabajó por mucho tiempo en Chiteco (la conocida fábrica de calzoncillos). En 1933 mandó a construir su casa, dándoselas de arquitecto y diseñadora amateur. Por ejemplo, al subir al segundo piso, los ventanales –que se observan hermosos desde la calle–, quedan partidos a la mitad por el descanso de la escalera. Pero esa es una de las gracias del palacete.

En 1936, ya terminada la construcción, don Anselmo, casado con una chilena y padre de 11 hijos (sólo cinco llegaron a edad adulta), decidió ponerse con su propia fábrica de ropa. Y qué mejor que colocarla a un costado de su residencia donde actualmente funciona el consultorio Dr. Hernán Alessandri. La marca de ropa “Gato” funcionó hasta la década del 60’, y  era famosa por su confección de chalecos, pantys, ropa interior, y otros atuendos básicos. Si van al paseo, los guías –que son los mismos vecinos del barrio–, les mostrarán algunos de los productos fabricados por la textil.

En esos años, cuando el sector comenzaba a ser conocido como  “Barrio Italia” –los Carozzi, Girardi y Fantuzzi fueron algunas de las familias de esos lares–, el “Castillito” se erigía como uno de las edificaciones más altas del barrio, gracias a la terraza del tercer piso y la torre,  gozando de una vista de 360° de la ciudad.  Cuentan que el único gran evento que se celebró en ese lugar, fue la recepción de un matrimonio, al cual la familia Sermini Barrera facilitó su fastuosa casa.

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El 2009 vivió el último heredero Sermini en el castillo, y tras la puesta en venta de la casa, los vecinos alertaron a la Municipalidad para recuperar el inmueble e impedir que se convirtiera en uno de los tantos edificios que ya florecen como hongos por el sector y la ciudad. Así, en 2014, el municipio lo adquirió, y en enero de este año comenzó con su restauración. Además, Infante 1415,  –que había sido pensado como extensión de la fábrica textil, y que albergó por mucho tiempo una sucursal del videoclub Bazuca (cuando la gente arrendaba películas) –, ahora es un centro de creación comunitario, del cual ya les contaré. Mientras tanto, dense una vuelta por esa manzana.

Gianitsa Corral
Soy periodista. Pasatiempo que me ha servido para escribir bien y conocer lugares. Estudié teoría y crítica de cine sólo para apreciar mejor películas y series. Amo los cafés de barrios, adoptarlos como oficina, y que sepan que me gusta el latte. Fotografío casas y edificios antiguos que me topo en el camino, antes de que alguna inmobiliaria los destruya
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