Brilló Emma Stone en un vestido de Givenchy Haute Couture en la gala de los Oscars de este año. Diseñado por Riccardo Tisci, el vestido está bordado en cristales Swarovski y termina en capas de flecos que degradan desde el dorado al bronce. Sin embargo, en la onda años veinte de este vestido (onda que también compartió el look de Olivia Culpo en un Marchesa) hay una segunda lectura a la clásica pregunta de alfombra roja “who are you wearing?”

Y es que cita directamente a las Flappers… aquellas mujeres que en la década del 20 desecharon los corsé, subieron las bastas de sus vestidos, cortaron su pelo a la altura de la mandíbula y adoptaron un estilo de vida más irreverente que desafiara los rígidos protocolos de comportamiento que la sociedad victoriana imponía a las mujeres.

La Primera Guerra Mundial y los años que la siguieron generaron un escenario para cambios interesantes en el rol social de la mujer y consecuentemente el mundo de la moda. Con la ausencia de hombres a causa de la guerra es la mujer quien se incorpora al trabajo, consiguiendo mayor independencia económica y más horizontalidad respecto al género opuesto. La vestimenta también debe adecuarse a las nuevas rutinas, volviéndose más sencilla para poder trabajar y desplazarse con mayor facilidad.

La valoración del goce en respuesta al trauma de la guerra motivó a la búsqueda de mayor libertad sexual, sumado al auge del consumismo y desarrollo del transporte que también contribuyeron a una mayor independencia para las mujeres. Una transición profunda hacia una nueva mujer que logró manifestarse a través del lenguaje de la indumentaria, logrando marcar los primeros pasos hacia redefinir los roles de género.

Las flappers reemplazaron los corsés por nuevos diseños de ropa interior que en vez de resaltar caderas y busto, reducían las curvas hacia una imagen más natural y andrógina.

Vestidos de corte recto y holgado, con amplios escotes sujetos por delgados tirantes dejaban al descubierto los brazos. Las bastas subieron para quedar justo bajo las rodillas, con ruedos y flecos que provocadoramente dejaban entrever las rodillas al bailar o caminar… todos elementos que nos guiñan un ojo desde el diseño de Tsici.

Volviendo al escenario de la post guerra, la ausencia de hombres implica también una re evaluación de los papeles de esposa y madre, desplazándose hacia las actrices, bailarinas y artistas las nuevas figuras de idolatría femenina. Entonces no es coincidencia tener por ejemplo a Emma Watson utilizando su popularidad en favor de un rol activo en los movimientos sociales hacia la equidad de género. Y a Emma Stone con una importante elección para una gala de Oscars, ya que es un vestido que indudablemente pasa a la historia con ese potente mensaje implícito.

Sí es coincidencia el alcance de nombre de ambas 😉

Ilustración: Antonia Reyes @antoniapajarito

Antonia Reyes
“Con un profundo interés por el mundo natural y el diseño, Antonia Reyes Montealegre trabaja como Ilustradora y Directora de Arte desde Santiago de Chile. Su trabajo se concentra en la ilustración naturalista, inspirada por el riquísimo patrimonio natural y biodiversidad de su país.”

Instagram: @antoniapajarito