Texto & fotos por: Florencia Simunovic @florencias.co

 

 

Me llamo Florencia Simunovic Sciolla, tengo 26 años, estudié diseño gráfico en la Universidad Diego Portales y me recibí a fines del 2017.

Creo que desde siempre quise estudiar diseño, pero cuando tuve que decidir a que área de éste me dedicaría, se me complicaron las cosas. Empecé por vestuario, seguí con industrial hasta que finalmente descubrí que el diseño gráfico era lo mío, reunía todo lo que me gustaba.

 

 

 

 

 

 

 

Desde siempre me gustó el trabajo minucioso. Tengo el recuerdo de mi mamá conmovida con mi paciencia cuando me veía haciéndole detalles minúsculos a mis dibujos.

Como soy súper dispersa, descubrí que al ser perfeccionista me podía concentrar más fácilmente. Empecé a ocupar este recurso en casi todos mis trabajos; desde los más simples, hasta los mosaicos que hago en mis tiempos libres, que se caracterizan por tener piezas pequeñísimas.

 

La cocina me encantó desde chica. Hacía cocadas, queques, pan, las cosas típicas que a los niños les gusta preparar. Mi hermana me enseñó a hacer galletas de navidad, y descubrí un mundo al ver que se podían decorar.

 

Hace 10 años empecé a venderlas para las navidades, principalmente a familiares y amigas de mi mamá. Se corrió la voz y después de un par de años, me encargaban cientos de bolsas de galletas.

 

En un principio fue más un hobby, pero al ver que cada vez eran más personas las interesadas en lo que hacía, probé hacer galletas para pascua de resurrección y causaron furor, lo que además de sorprenderme, me permitió ver que la gente valora mucho el trabajo que hago; lo que obviamente, fue una gran motivación para incursionar con otros diseños, aunque a veces no fueran “tan lindos” para todo el público, como las de útero por ejemplo. Esto cada vez me ha ido gustando más, diseñar con un trasfondo lo hace mucho más entretenido e interesante.

 

Fui criada en Santiago de Chile, por una familia muy unida, donde todos los Domingos se hacían sagrados almuerzos que duraban la tarde entera. Mis papás siempre se preocuparon por fomentar nuestros intereses, desarrollar nuestro lado sensible y reforzar nuestra autoestima.

 

Un recuerdo que tengo de chica, es que dos cosas que me encantaban de mi eran ser mujer y llamarme Florencia. Ambas aún me gustan mucho.

 

Me gustaba ser mujer porque lo relacionaba con ponerme vestidos, zapatos bonitos y usar una cola de caballo. Con un par de años más, me di cuenta que lo que me gustaba no era eso, si no que algún día sería como mi mamá. Ella fue un súper ejemplo femenino, alguien fuerte, trabajadora y con propósitos, quien me dejó muy en claro que ser mujer tenía muchos pros pero también bastantes contras, con los que uno tenía que luchar a diario.

 

Mi amor por la cocina nace por el traspaso de generación en generación en mi familia. Mi abuela cocinaba mucho, un montón de cosas ricas, hacía el mejor queque de zanahoria que he probado en mi vida. Mi mamá aprendió de ella, me enseñó a mi y yo probablemente haré lo mismo con mis futuros hijos.

 

En Chile hay una estrecha relación entre cocina y afecto. Cocinamos para regalonear, para demostrar cariño, para compartir. Todo eso me gusta, creo que es la principal razón de porque disfruto tanto cocinar.

 

Mis referentes son Cèdric Grolet, Pierre Hermè y Peggy Porschen en la repostería, sus trabajos son una joya.

Me parece muy bonita e inspiradora la labor del pastelero como artesano. Los pequeños detalles o “imperfecciones” que varían entre distintas piezas, es lo que las va haciendo únicas.Destaco también el salón de té Toraya y la escuela coreana Blooming Bombon. Ambas se mantienen fieles a sus culturas, valorando siempre sus tradiciones.

 

Dos revistas que siempre han sido y serán mis referentes son Kinfolk y Cereal.

Por último, mi eterno amor por todo lo que hace Todd Selby.

 

Actualmente me encuentro viviendo en Valencia, hace ya casi 6 meses que estoy en España. Gracias a mi proyecto de título, retomé la ilustración, lo que había dejado hace más de 10 años. Estoy muy contenta de haberlo hecho, porque es algo que tenía olvidado y ahora me entusiasma mucho aprender. Tengo visto un máster en diseño e ilustración aquí en la Universidad Politécnica de Valencia al que quiero postular próximamente.

He podido dedicarle tiempo como nunca antes lo había hecho a las galletas, son mi nuevo lienzo. Su elaboración, es un proceso similar al que hago cuando ilustro. Después de desarrollar la idea, la dibujo para poder sacar los moldes y hacer las galletas; posteriormente pruebo la paleta cromática y empiezo a pintar por partes, primero la base y después los detalles. Cuando ya están terminadas, me preocupo mucho de las fotos, me gusta armar diferentes composiciones y patrones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contacto:

Florencia Simunovic Sciolla

Diseñadora gráfica

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