Una ciudad jardín en medio de Santiago

Aprovechando que los días están luminosos y dan ganas de salir a la calle, les recomiendo a visitar una en especial: Viña del Mar.

 Ubicada entre Vicuña Mackenna y Ramón Carnicer, la cuadra que ocupa esta corta calle, es un descubrimiento para quienes pasan por el Parque Bustamante y sus alrededores. Inmersa en medio del mundanal ruido, se erige como un pasillo entre ambas arterias capitalinas, y ofrece un escondite del tráfico y la locura de la semana laboral.

18 casas –nueve a cada costado– conforman el conjunto habitacional, que de habitacional poco o nada le queda. La mayoría de las viviendas, que gozaron de un esplendor durante la primera mitad del siglo XX, poco a poco fueron abandonadas por sus dueños originales, y han sido arrendadas por empresas, hostales, y el resto ha sido ocupada como oficinas del Consejo de Monumentos Nacionales (de hecho, en Vicuña Mackenna 84, esquina Viña del Mar, se encuentra la sede de esta institución en la famosa “Casa de las Gárgolas” –que también tiene una gran historia).

El conjunto de casitas, dispuestas una pegada a la otra, me recuerda a Private Drive –la calle en donde un pequeño Harry Potter vivía con sus tíos no-mágicos en algún lugar de Inglaterra. Y mi apreciación no está muy alejada de la inspiración arquitectónica de esta cuadra, ya que su edificación está basada en el modelo de ciudad-jardín inglés (presente en muchos barrios de Providencia y en la propia ciudad de Viña del Mar), emulando el suburbio de Hampstead, Londres.

Con sólo dos pisos y un pequeño antejardín, la fachada continua y los bow windows, son las características principales de estas viviendas, que fueron declaradas Zona Típica en 1997. De algo que les sirva tener la sede de Monumentos Nacionales como vecina.

Una de las casas que más llama la atención es la conocida como “casa puente”. Ésta, a diferencia de sus 17 compañeras, tiene un arco que forma un túnel, por el cual se accede al colorido pasaje José Arrieta, que conecta a Viña del Mar con la avenida Rancagua. En él, los hostales y academias de baile se toman la cuadra, y le dan otra vía de escape (o de ingreso) a este retiro zen en medio del corazón de Plaza Italia.

Fotos:
Gianitsa Corral.
Wikimedia.
Mapio.