Ilustración: Elisa Pérez

Todos los días al vestimos, preparamos nuestro cuerpo para el mundo social. Por medio de la ropa que elegimos y combinamos creamos un discurso sobre él: respetable, frío, deseable, aceptable o violento. Nuestro modo de vestir denota indiscutiblemente una toma de posición tanto en un sentido de inclusión, exclusión o diferenciación ante un referente establecido.

El vestuario es un dinamizador de la vida social, fácilmente etiquetable, lo cual lo convierte en un complejo pero interesante mecanismo comunicativo, seductor y pasional, es nuestra faceta mas extraña e intuitiva de nuestra relación con el mundo y otros seres, ya que por este medio el qué vistes, define qué y quién eres.

Hace medio año atrás, mi “etiqueta” varió, cada vez que llego a un lugar con mi hija, me asignan una etiqueta, generalmente es de “madre adolecente” por mi pelo gris, y vestimenta juvenil –calzas y polera holgada-, pero si cambio mi outfit por blusa blanca, pantalones y zapatos negro de charol, aluden a que “soy una madre moderna”.

Esto se debe a que nuestra mirada se estructura constantemente para comprender, tanto el espacio, objetos, imágenes creando un mundo social de cuerpos vestidos con discursos propio, donde la moda no se desliga de esto sino es demoninador comñun de acto de etiquetar. Si bien se le otorga el vicio que provoca la contante la sed de cambiar, la novedad que produce obsolescencia y como por consecuencia una constante insatisfacción para los sujetos y sus desechos al planeta,  la moda nos permite materializar la vida cotidiana, permitiéndonos examinar las practicas y estrategias desde la experiencia colectiva a la individual, y por que no decir que es un “todo” que acoge nuestros cuerpos siendo el objeto más íntimo con el que nos relacionamos, nos determina de echo como seres sociables. La ropa nos conforma y define nuestras identidades, revelando aspectos de la vida personal, que en términos semióticos se sitúa como signo y su significante a al contexto cultural en escena que   es intervenida por colectivos imaginarios provenientes de un orden mediático, que es sin duda el principal culpable de que la moda caiga en su propio vicio.

 Te Invito a crear tu propio discurso, vístete como deseas y no como desean.
PD: atrévete a dibujarte y te reconocerás más de lo que tu crees.  😉

Ilustración: Elisa Pérez

“Diseñadora apasionada y versátil, enamorada de la investigación y la decoración, especializada en dirección de arte y diseño expositivo, enfocada en el pensamiento creativo y atención a los detalles para crear soluciones de diseño centrado en las personas, creyendo profundamente en la democratización del diseño.”

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