Por: Francisca Subiabre

Encargada de Paisaje y Seguimiento de Fundación Mi Parque. 

Fotos: Archivo Fundación Mi Parque @miparque

 

 

Siempre que Mi Parque comienza un nuevo proyecto de recuperación participativa de espacios públicos junto a las comunidades, es fundamental comprender el espacio en el que trabajamos. Luego de haber ejecutado más de 300 proyectos de áreas verdes a lo largo de todo Chile, puede parecer una tarea mecánica, pero las necesidades de cada comunidad combinadas con su realidad territorial, hacen de cada proyecto, un espacio único.

El alma de cada proyecto es la misma comunidad, quienes conocen incluso mejor que nosotros, cómo debe ser su espacio. Por ende, lo que da sustento a nuestra intervención es la participación de la comunidad, en el diagnóstico y diseño de las áreas verdes de manera de proveer un espacio que sea utilizado y apropiado por los vecinos que responda a sus necesidades y anhelos.

A pesar de la variedad de comunidades, hay ciertos aspectos comunes. Por ejemplo, barrios muy antiguos, donde los vecinos son esencialmente adultos mayores que se conocen hace tiempo, buscan un espacio de reunión y de descanso. Villas más jóvenes suelen tener familias con muchos niños donde el foco es frecuentemente el juego y la seguridad. Pero cada una es única en sus relaciones interpersonales, en su historia y en sus conflictos, donde el afianzar la confianza es parte fundamental del proceso.

 

 

Plaza San Agustín / Salamanca / antes de la intervención

Nuestra diversidad territorial y los imaginarios comunitarios.

Si cada paisaje humano es único, cada lugar que intervenimos también y puede reconocerse por la vegetación previa a la intervención de áreas verdes. En el norte dominan las especies del género Prosopis como el algarrobo (Prosopis chilensis), en la zona central son los pimientos (Schinus molle) más al sur los Quillayes (Quillaja saponaria) y más austal aún, coigües (Nothofagus dombeyi).

Al igual que las comunidades, los paisajes también presentan distintas necesidades. En el caso del norte, nuestra mayor limitante es el agua, recurso que escasea y que es priorizado para el consumo humano. También condicionan características como la cercanía o lejanía a la costa, que proporciona una regulación de temperatura y un aumento de humedad considerable. Hacia el interior, el frío invernal que incluso puede ser nieve en comunidades como San Agustín, IV región, obstaculiza algunas decisiones.

 

 

Plaza San Agustin / Salamanca.

Es por eso que las características climáticas se prestan para diseños más áridos y la elección de especies más cercanas a un jardín seco. En lugares como estos se privilegian especies de pastos ornamentales como Stipa caudata y herbáceas de bulbo que puedan pasar el invierno bajo tierra como las Alstroemerias. En Antofagasta, ocurre lo contrario, podemos usar la humedad ambiental a nuestro favor privilegiando especies de poco consumo hídrico pero que pueden vivir de la humedad ambiental, como el coralito del norte (Grabowskia glauca) que florece largamente o árboles como el hingán (Schinus polygamus).

 

 

Plaza Dr. Antonio Rendic / Antofagasta

La mencionada escasez hídrica del norte, también es una realidad con que convivimos en la zona central -y quizás eventualmente en el sur-. Por ejemplo, en Colina, que está a menos de 40 km de Santiago, cada verano se debe racionar el agua para priorizar el consumo humano. Pero fue una oportunidad para nuestro paisajismo que fue aprovechada por ejemplo en Chicureo donde distintas constructoras utilizaron para sus antejardines especies como agaves, pastos ornamentales y espinos, que conjugan muy bien paisaje y contexto. Además, son una excelente herramienta de referencia cuando los imaginarios comunitarios están puestos en el jardín inglés y las praderas de pasto.

 

 

Parque Huertos Familiares / Til Til

Conjugando lo social y lo territorial para un Chile con mayor sustentabilidad e identidad

La realidad de los paisajes varía enormemente: mientras en el sur están acostumbrados al verde y a lo frondoso, en el norte los paisajes son dominados por arena y colores tierra.

 

 

Plaza Antonella / Los Vilos

Aunque suena lógico ir adaptándonos a la realidad territorial, los vecinos no siempre comprenden las limitaciones de su entorno cuando se trata de un “área verde” ¿Entonces cómo juntamos expectativa -como las del jardín inglés- con realidad cuando tenemos limitaciones de este tipo? La respuesta subyace en el proceso participativo, que nos entrega la oportunidad de poder mostrar y hacer comprender a los vecinos el entorno que los rodea. Durante el proceso de diseño, con pequeños esfuerzos, todos son capaces de razonar lo difícil que es hacer crecer una planta en el lugar equivocado. Y como todos tenemos el rol de defender nuestros paisajes y de reproducirlos. Es así como cada plaza Mi Parque actualmente aboga por tener al menos un 40% de especies nativas en el diseño. Especies que además son apadrinadas en cada proceso para fomentar su cuidado y relevancia.

 

Carlos Aubert – Director Ejecutivo Fundación Mi Parque

Ingeniero Comercial mención en Administración, Universidad de Chile.

MS Nonprofit Management, Columbia University in the city of New York.

Con más de cinco años de trayectoria en Marketing, en la industria del consumo masivo, Carlos Aubert llegó a formar parte del equipo de Fundación Mi Parque en 2014 como coordinador de Marketing y Finanzas. Luego de tres años, asume el rol de Director Ejecutivo con el objetivo de continuar impulsando el desarrollo de la Fundación en su misión de mejorar la calidad de vida en barrios vulnerables a través del desarrollo participativo de áreas verdes y patios educativos.

 

Francisca Subiabre

Ingeniera Agrónomo con mención en ciencias vegetales de la Universidad Católica de Chile. Tiene un diplomado de la misma universidad en Estudio del Paisaje y hace cuatro años que lidera el área de Agropaisaje en Mi Parque. Gracias a su formación en flora nativa y ornamental ha podido dar un sello sustentable al paisajismo en zonas vulnerables, con el valor agregado de que las áreas verdes se mantengan adecuadamente según la zona en que están insertas y los recursos de los municipios a cargo de éstas.