Portada: Imagen tipo Calidad Urbana / Fuente: www.tatsachen-ueber-deutschland.de
El término Calidad de Vida se ha transformado en un eslogan habitual tanto de los discursos políticos como de los avisos publicitarios del mundo inmobiliario. Y cómo suele ocurrir con las frases “trending” -sustentabilidad e innovación, por nombrar algunas– pocas veces logramos traspasar las definiciones superficiales para obtener un significado más allá de lo que nos determina el sentido común.
Imagen del barrio ícono de calidad de vida en Santiago / Fuente: www.rockandpop.cl
Desde una mirada general, podemos referirnos al concepto como el “grado en que una sociedad posibilita la satisfacción de las necesidades de los miembros que la componen”, necesidades que tienden a ser multidimensionales y de características bastantes complejas. Ha sido la dificultad para abordar esta diversidad la que ha fomentado un discurso estereotipado y restringido del concepto de calidad de vida, posicionando, por ejemplo, las áreas verde como único referente válido. Si indagamos más nos daremos cuenta que la calidad de vida urbana involucra tanto las buenas condiciones de vida ‘objetivas’ o tangibles como también un alto grado de bienestar de características ‘subjetivas’ o intangibles, aplicados tanto para los individuos como para los ámbitos colectivos.
Vida de Barrio (Barrio Yungay) / Fuente: El mostrador www.elmostrador.cl
En ese sentido, una de las mayores dificultades en la definición de calidad de vida urbana radica en determinar cuál es el estándar que determina una buena o mala calidad, lo que está directamente relacionado con las dimensiones y valores que componen dicha medición. La clave está en utilizar una metodología que permita la construcción de una base comparativa que construya un denominador común para la sociedad.
En esta línea, desde el año 2011 se hace público el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU), ranking anual aplicado sobre 93 de las 342 comunas de Chile que cuentan con más de 50.000 habitantes – un 85% de la población chilena– para determinar y comparar bajo un estándar común nuestras comunas y ciudades. El estudio realizado por el Núcleo de Estudios Metropolitanos del Instituto de Estudios Urbanos y territoriales de la Pontificia Universidad Católica de chile y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), tiene por objetivo medir las condiciones de vida de las comunas a partir de seis dimensiones: Vivienda y entorno, Salud y medio ambiente, conectividad y movilidad, condiciones socioculturales y Condiciones laborales.
Vista vuelo de pájaro (Manquehue – Parque Araucano) / Fuente: Fuenzalida Desarrollos Inmobiliarios www.fdi.cl
A través de una ponderación particular de cada área se logra construir una base cuantitativa y así establecer un ranking comunal, información que busca ser una contribución en las definiciones y lineamientos de las políticas públicas como también de aquellas inversiones privadas que tengan por objeto mejorar las condiciones de calidad de vida en las distintas comunas del país.
Este año el informe presentado en el mes de mayo arrojó algunas sorpresas. La más significativa es que, pese a lo que podríamos suponer, las comunas del Gran Santiago registraron un empeoramiento de su calidad de vida urbana entre 2013 y 2017. Durante estos últimos 5 años se ha producido un proceso de polarización de la calidad de vida urbana, concentrando en algunas pocas comunas- Las Condes, Vitacura, Providencia, Ñuñoa y Lo Barnechea– las mejores estándares de Calidad de vida urbana. En la vereda opuesta, las comunas ubicadas en el rango inferior de calidad de vida urbana aumentaron de 12 a 22, dónde comunas como La Pintana, PAC, Lo Espejo, San Bernardo, Lo Prado, por nombrar algunas, posicionan los peores índices a nivel nacional.
Imagen Santiago Oriente / Autor: Juan Jaeger / Fuente: blog.destinalo.com
Imagen Nuevos Barrios periféricos de Santiago / Fuente: Extracto de video Techo-Chile
Mirando el informe con una cierta perspectiva, queda en evidencia que en tan sólo cinco años pueden cambiar de manera significativa los escenarios en materia de desarrollo urbano y calidad de vida de las ciudades. Así también, resulta evidente la urgencia por descentralizar y hacer más democrática la infraestructura de calidad de vida en nuestras comunas y barrios, entendiendo que la clave está en una buena gestión de los recursos públicos en coacción de los privados sobre el territorio.
Como se explica en los casos de Valdivia y Punta Arenas – top ten del ranking de Calidad de Vida Urbana- donde el ámbito comunal es la ciudad en su totalidad, la visión global del territorio permite hacer frente a las necesidades de la comunidad de una manera coordinada e integral. Para el caso de Santiago, la incapacidad de las autoridades locales y centrales de actuar pensando en la ciudad en su totalidad ha generado situaciones como la polarización de la calidad urbana hacia los sectores más acomodados, fomentando segregación e inequidad de la calidad de vida urbana.
Parque la Bandera (Santiago) / Fuente: wikimedia.org
Esperemos que estos indicadores permitan orientar los esfuerzos por lograr una ciudad más equitativa y democrática a través de una adecuada coordinación en el territorio, proveyendo mejores servicios y accesos de salud, educación, movilidad, espacios públicos y comunitarios, oportunidades laborales y áreas de esparcimiento y áreas verdes.
Links Referencia:
- UNED (Cátedra Calidad de Vida Urbana) / calidadvidaurbana
- Informe índice Calidad de Vida Urbana (CChC) / cchc.cl
- Biblioteca del Congreso Nacional de Chile / bcn.cl
Alejo Weiss
“Viajando por el mundo en busqueda de la flor de los 7 colores”
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