La plaza Dinamarca, un bello rectángulo verde ubicado entre  las calles de Jorge Matte Gormaz, El Bosque y Dinamarca, en la comuna de Providencia, forma para de la trilogía de espacios verdes del sector norte de Diego de Almagro, junto a la plaza El Bosque y la plaza Uruguay.

Rodeada de edificios y casas que se remontan a los orígenes de la urbanización del sector –específicamente desde fines de los años 50, tras el loteo de la chacra de las hermanas Téllez y la chacra El Belloto–, sigue siendo, pese a la destrucción por parte de las inmobiliarias de varias viviendas de esos años, un descanso para los vecinos del sector

Los juegos infantiles, junto a las banquetas y diversidad de árboles, dan vida a una plaza no sólo para niños, sino que para cualquier que quiera dar un paseo. Tales como los que daba el ex presidente Patricio Aylwin junto a su esposa Leonor, vecinos de la zona.

Pero quizás lo más interesante de este oasis providenciano, son los mitos que rondan los alrededores de la Dinamarca y sus calles contiguas. Según los residentes más antiguos, el origen de esta angosta vegetación le debería su nombre a la periodista danesa Elsa Larsen, quien junto a su marido, el Premio Nacional de Arte Laureano Ladrón de Guevara, regresaron a Chile durante los años 30, avecindándose en el sector. Sin embargo, esta información no se ha podido comprobar más allá de los testimonios de los vecinos.

La prominencia de Larsen, le debió el honor de bautizar tanto la plaza con el nombre de su país de origen, así como también a las primeras calles que se fueron abriendo producto de la urbanización de las antiguas chacras. Así, la pequeña vía ubicada entre Dinamarca y Eliécer Parada, recibió el nombre de Rey Christian, en honor al también monarca de las tierras de Groenlandia (otra callecita del sector); una sin salida, a la que se le llamó como la capital danesa, Copenhague; y finalmente la protagonista, Dinamarca.

“Ella vivía en este sector, no sé si cerca de la plaza Dinamarca. Entonces, hay una calle Rey Christian, una calle Copenhague, y ella fue quien sugirió los nombres para estas calles, creo que ella era una vecina prominente”, comenta el doctor Luis Corvalán, vecino de República de Cuba, y el mismo que me contó sobre el canal de agua que se siente por Diego de Almagro.

Otra de mis historias favoritas acerca de la plaza, es aquella que habla de la visita de la princesa Margarita de Dinamarca a nuestro país. Aprovechando una gira no oficial por América Latina, con el fin de vincularse con los daneses residentes en el continente, la monarca recorrió, nada más ni nada menos, esta sencilla y perdida placita de Providencia, en algún día entre el 18 y 26 de marzo de 1966. Claro, la única imagen que se ha podido encontrar es supuestamente de la espalda de la infanta en el lugar.

En la vereda norte, por Jorge Matte, se erige una escultura del escritor danés Hans Christian Andersen, autor de varios cuentos infantiles como “El Patito feo” o “El soldadito de plomo”. En el barrio se comenta que ésta habría sido obra del también vecino y artista visual Alejandro Narvaiza, sin embargo, buscando en el apartado obra en colecciones públicas de los archivos de la DIBAM, no aparece el monumento adjudicándosele –ni a él ni a otra persona.

Lo que sí es cierto, es que la Plaza Dinamarca –con visita real o plebeya, con sangre danesa o chilena–, sigue siendo un lugar bañado por la sombra de sus bellotos, donde vecinos y transeúntes pueden hacer un alto en su cotidiano.

Fotos: Gianitsa Corral @gianitsa

Gianitsa Corral
Soy periodista. Pasatiempo que me ha servido para escribir bien y conocer lugares. Estudié teoría y crítica de cine sólo para apreciar mejor películas y series. Amo los cafés de barrios, adoptarlos como oficina, y que sepan que me gusta el latte. Fotografío casas y edificios antiguos que me topo en el camino, antes de que alguna inmobiliaria los destruya
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