Del gris polvoriento vamos a ir pasando a pastos verdes, cordillera blanca y aire más limpio. Porotos negros con arroz y cebolla acaramelada pueden ser un buen ritual para salir a bailar cuando las gotas se dejen caer.

2 personas • 30-45 minutos

– 1 cajita de porotos negros preparados (ó 1½ taza de sobras)
– 1 taza de arroz blanco cocido
– 1 cebolla
– 2 cucharadas de azúcar
– 4 cucharadas de pan rallado
– 1 cucharada de mantequilla
– 1 zanahoria
– 3 cucharaditas de queso crema
– perejil o cilantro

Prende el horno a temperatura alta.

Corta la cebolla en pluma. Calienta una olla con un poco de aceite, echa la cebolla, mezcla bien y sofríe por un par de minutos sin parar de revolver. Luego baja el fuego y tapa la olla. Deja calentar por 10 minutos, abriendo la tapa y revolviendo de vez en cuando. La cebolla se va a ir ablandando, soltando agua y cociéndose en su propio jugo.

Cumplido el tiempo, abre la tapa nuevamente, sube el fuego y sigue revolviendo hasta que el jugo se evapore y se reduzca, alrededor de 5 minutos más. Cuando se haya reducido la cebolla se va a empezar a dorar. En cuanto empiece a cambiar un poco de color, y en el interior de la olla aparezcan manchas de quemado, echa el azúcar. Mezcla bien y sigue dorando por un par de minutos más. Apaga el fuego y traspasa a un bowl.

 En una fuente mediana reparte los porotos, con poco caldo. Encima el arroz y arriba la cebolla. Derrite la mantequilla en un pocillo chico en el microondas, en tandas de 30 segundos a temperatura baja. En un bowl chico mezcla el pan rallado con la mantequilla, incorporando con un tenedor, hasta que quede como arena mojada.

Echa el pan rallado encima de la cebolla y reparte las cucharaditas de queso crema en distintos pompones.

Hornea por 10 minutos a temperatura alta.

Por mientras con un pelador pela la zanahoria y sigue pelando el interior para que queden láminas delgadas. Pica un puñado de hojas de cilantro y perejil.

 Cuando hayan pasado los 10 minutos saca la fuente del horno y sirve con la zanahoria y el verde picado encima.

“Hace 5 años empecé a compartir mis propias recetas para el día a día en un blog al que llamé Sansabor, y fue ahí donde confluyó mi profesión con mi amor desbocado por la comida y la bebida”.

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