4 personas • 3 horas
– 1 kilo de plateada de vacuno
– 1 cebolla
– 2 zanahorias
– 1 vara de apio
– 1 puñado de orégano fresco
– 1 diente de ajo (opcional)
– 1 botella de cerveza negra
– 1/2 taza de vino blanco
– 3 cucharadas de harina
Esto hay que decidirlo con anticipación, pues la gloria misma sería empezar con el proceso la noche antes. No preocupar, sólo requiere tomarse unos 5 minutos. Entonces, si quieres este plato para el almuerzo del sábado, el viernes en la noche;
Toma la carne y elimina, con un cuchillo, los excesos de grasa. Luego ponla en una olla grande, échale sal gruesa y pimienta, por ambos lados. Corta la cebolla en 4 y desprende capa por capa cada pedazo. Pela la zanahoria y córtala en rodajas. Lo mismo con la vara de apio. Mete todo en la olla, tratando de dejar verduras debajo de la carne y arriba de ésta. Encima echa las ramitas de orégano y el diente de ajo. Luego más sal y pimienta, al ojo.
Agrega un chorro de aceite de oliva, la cerveza y el vino blanco. Tapa la olla, métela al refrigerador y buenas noches.
Si el almuerzo lo piensas para las 2 y media, te recomiendo que partas a las 11 con la segunda etapa. En un plato grande echa la harina. Saca la olla del refrigerador, toma la carne, levántala con la mano y deja que estile hasta que casi no caigan gotas. Elimina todos los pedazos de verdura que queden pegados y pásala por la harina, dejando que ésta se impregne por todos los lados.
En una olla grande -si es de greda mejor- calienta un poco de aceite… bien caliente. Echa la carne y séllala (dórala) primero por un lado y luego por el otro. Luego, con un cucharón con hoyitos, echa las verduras dejando el jugo aparte. Mezcla bien las verduras con la carne por un par de minutos. Luego agrega el jugo. Espera hasta que hierva y ahí dejalo hervir unos 5 minutos, a olla destapada. Así se evapora el alcohol.
Agrega 1 ó 2 tazas de agua hirviendo, o lo suficiente para cubrir el pedazo de carne. Baja el fuego, tapa la olla y deja cocer a fuego lento por 2 horas y media. Suena mucho, pero no tienes que estar encima todo el tiempo.
Puedes dormirte una segunda patita, o salir a correr. Eso sí, es bueno revolver de vez en cuando para asegurarte que la carne no se pegue al fondo de la olla. Igual es bueno que revises el cocimiento de vez en cuando, por si acaso se haya secado mucho. En ese caso rellenas con un poco de agua hirviendo.
Cuando esté lista, corta la carne en las porciones que quieras; 2 pedazos chicos ó 1 grande por persona. Pasa el caldo por el cedazo, ayudándote con una cuchara para aplastar todas la verduras cocidas, y sacar la mayor cantidad de jugo posible.
Devuelve la carne al jugo y deja reposar, en caso que los invitados sean, como todo chileno, impuntuales. Si no, sirve altiro.
Para qué hablar de los acompañamientos… imagina ese juguito con un arroz blanco. O con papas al horno.
Salud.
“Hace 5 años empecé a compartir mis propias recetas para el día a día en un blog al que llamé Sansabor, y fue ahí donde confluyó mi profesión con mi amor desbocado por la comida y la bebida”.