Este post es el primero de dos artículos sobre las Mariposas de Chile
La riqueza de especies de mariposas en Centro y Sudamérica es inigualable. Los países de nuestra región albergan entre 1000 y 4000 especies, en comparación con Australia, América del Norte y Europa, donde el promedio está entre 300 y 700 especies.
En términos de diversidad, Chile se encuentra en número bastante menor: sólo 177 especies reconocidas hasta la fecha. Sin embargo cuentan con la particularidad de que poco más del 25% son endémicas; no viven en ninguna otra parte del mundo más que en Chile.
Las mariposas Búho es un género único en Chile. Los machos vuelan de día y las hembras de noche, encontrándose solo por breves instantes de madrugada que aprovechan para reproducirse.
La Eröessa chilensis podría considerarse una especie primitiva, una suerte de fósil viviente que no ha evolucionado en millones de años.
La razón es nuestra compleja geografía y condiciones medioambientales. Geográficamente, Chile es una isla limitada por el vasto desierto de Atacama en el norte, la Cordillera de los Andes al Este, el océano Pacífico por el Oeste y los glaciares al Sur.
Este aislamiento y la adversidad de algunos climas y zonas geográficas ha impedido la penetración de las mariposas tropicales a nuestro país, lo que a su vez da gran valor ecológico a las 177 especies que sí han logrado habitar aquí. Si bien las mariposas chilenas han sido resilientes a tal dificultad de condiciones, no son invulnerables a los cambios ambientales. La más pequeña modificación se refleja en el comportamiento de la población de mariposas, y aquí su importancia como uno de los más eficientes bioindicadores del estado de salud de los ecosistemas. El accidente nuclear de Fukushima, por ejemplo, tras el terremoto del 2011 causó visibles mutaciones genéticas en mariposas del género Zizeeria
Otra razón de su valor ecológico está en que mariposas y polillas son polinizadores, diurnos y nocturnos. Sus alitas cubiertas completamente de escamas las hacen remarcables polinizadoras. Alrededor de un 90% de las plantas necesitan de un polinizador externo para reproducirse, por lo tanto la existencia de las mariposas incide directamente en la propagación de la flora y a su vez en la estructuración de las cadenas alimenticias. Sin plantas, quedarían los eslabones superiores sin alimento.
Solo para ilustrar la magnitud de lo anterior, se considera a las mariposas responsables de la polinización de alrededor de un 50% del desierto florido. Y la frase “efecto mariposa” nos queda pequeña.
Fotos e ilustraciones:
Antonia Reyes
Antonia Reyes
“Con un profundo interés por el mundo natural y el diseño, Antonia Reyes Montealegre trabaja como Ilustradora y Directora de Arte desde Santiago de Chile. Su trabajo se concentra en la ilustración naturalista, inspirada por el riquísimo patrimonio natural y biodiversidad de su país.”
Instagram: @antoniapajarito
