Foto: Coca Ruiz
A 32 kilómetros de Chillán se encuentra el pequeño pueblo de Quinchamalí, cuna de un importante grupo de mujeres artesanas y uno de los más relevantes centros populares de producción cerámica de Chile. Las loceras de Quinchamalí, desarrollan un proceso en que cada obra que ellas construyen es única, pues cada artesana emplea sus manos en la elaboración de su artesanía, diferenciándose de esta manera de otras alfareras, cuyas obras se construyen en serie utilizando torno u otros procesos productivos de sistematización.
Los diseños más conocidos de las loceras de Quinchamalí, son las guitarreras y el chancho de tres patas, sin embargo, cada artesana tiene además su especialidad en la confección de otros modelos de artesanía utilitaria u ornamental.
Foto: Rolf Foerster
La cerámica de Quinchamalí, por sus características de materialidad, técnica de fabricación y diseño, es única. Para confeccionar estas piezas se combinan varios tipos de greda: una gruesa y una más fina de color amarillo, con arena volcánica. Una vez moldeadas las figuras sin uso de torno, se orean las piezas para luego ser cocidas a fuego y posteriormente enfriadas. Los ornamentos lineales se realizan con una aguja o una espina y luego se le aplica un embadurnado de materias grasas, lo que le confiere la brillantez a cada pieza.
Uno de los aspectos más significativos e intrigantes es su color negro mate, que se obtiene poniendo el objeto ardiente sobre guano húmedo de animales. Al quemarse el guano produce un humo negro que quema la greda y la tiñe. Finalmente, una vez enfriada, se aplica el color blanco en las incisiones hechas con anterioridad para resaltar los ornamentos.
Las piezas de cerámica negra son una excelente opción al momento de decorar nuestro hogar, sean utensilios domésticos o cerámica ornamental, no es necesario contar con una colección demasiado extensa, por su neutralidad combinarán a la perfección con los objetos contiguos, incluyendo colores contrastantes como los rosa y turquesa.
La producción alfarera de Quinchimalí es de antigua data y eminentemente femenina, se origina como una labor doméstica y su transmición ha transcurrido sin cambios sustanciales en forma y proceso de ejecución, lo cual deja en evidencia su grado de folclorización y su categoría de objeto ligado al arte y a la vida.
Entre una serie de artefactos utilitarios como jarros, ollas, tazas, fuentes, platos y elementos decorativos, podemos encontrar varias miniaturas y otras piezas zoomorfas y antropomorfas. Su venta en Santiago está promovida por la Fundación Artesanías de Chile, vale la pena recorrer sus tiendas y completar la invitación de esta columna a valorar, incentivar el uso y la aplicación de objetos de artesanía local a nuestro espacio habitable.
Links
1. Para Fundación Artesanías de Chile
2. Para conocer a las loceras de Quinchamalí
3. Para más inspiración en decoración con cerámica negra
Coca Ruiz
Diseñadora & Editora. Parisina de primera infancia, amante de la moda, la lectura y la decoración, especializada en dirección de arte y creación de contenidos, con buen ojo para detectar los detalles que nos inspiran diariamente.
instagram: @cocaruiz