2-3 personas • 45 minutos

– 1/2 taza de quínoa lavada
– 1 tarro de atún
– 2 puñados de aceitunas negras, sin cuesco
– 1 huevo
– 1 palta
– 1 limón
– 1 yogurt natural
– orégano fresco

Echa la quínoa en una olla chica con 1 taza de agua fría. Pon a calentar en un quemador chico a fuego medio y con la olla tapada. Revisa de vez en cuando. Una vez que hierva, baja el fuego y cuece hasta que el agua se haya reducido, unos 10 minutos aprox. Por mientras muele las aceitunas y un poco de aceite de oliva con la mini pimer. No te vueles, ten la olla pendiente para que no se te pase quínoa. Una vez cocida, échala en un plato y déjala enfriar.

En un bowl, mezcla bien la quínoa, el atún, las aceitunas y el huevo. Agrega un poco de sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva.

Calienta a fuego medio un sartén con aceite para freír. Cuando esté bien caliente, con una cuchara sopera echa una bolita sobre el aceite, con cuidado. Prueba con esta sola primero. Déjala dorar no más de 2 minutos. Con una espátula en una mano y una cuchara en la otra, dala vuelta, tratando de no romperla. Es normal que se aplane. Otros 2 minutos (o un poco menos si tienes el fuego más fuerte) y directo a una tabla con papel absorbente. Si te resultó bien, dale con 4 boiltas al mismo tiempo. Si no, intenta de nuevo con una y regulas los tiempos.

En la juguera o mini pimer, muele la palta con el yogurt, jugo de limón y una cucharadita de queso crema si tienes. Echa un poco de aceite de oliva, unas gotas de vinagre, sal, pimienta y unas buenas hojas de orégano. Agrega 3 hielos y muele bien hasta que la mezcla quede bien suave.

Sirve cuando las croquetas ya no estén calientes.

“Hace 5 años empecé a compartir mis propias recetas para el día a día en un blog al que llamé Sansabor, y fue ahí donde confluyó mi profesión con mi amor desbocado por la comida y la bebida”.

www.sansabor.cl