Carretera Austral

El territorio chileno, sin embargo, se caracteriza por una marcada concentración de su población en la zona central, que corresponde a aquella con el clima más apacible para el desarrollo de los asentamientos humanos: el mediterráneo. A medida que avanzamos al norte, nos encontramos con la aridez del desierto, mientras que, hacia el sur, con una zona templado-lluviosa que luego da paso a la Patagonia, fascinante por su riqueza paisajística, pero con características climáticas que la hacen inhóspita y compleja.

El origen

La historia de Chile ha tenido como principal producto una superposición de territorios que poco a poco se fueron convirtiendo en el Estado unitario que conocemos hoy en día. Las fronteras entre los paisajes culturales fueron móviles: primero se fijó durante el siglo XIX en la zona de la Araucanía, donde el Pueblo mapuche mantuvo su soberanía, al mismo tiempo que inmigrantes alemanes colonizaban la zona del lago Llanquihue y otros procedentes de Croacia introducían la cultura ovina en Magallanes. El archipiélago de Chiloé, por su parte, fue reforzando su carácter local, que le otorgó la singularidad que mantiene hasta el día de hoy.

Con la llegada del siglo XX, la zona de la Araucanía fue ocupada, desapareciendo la frontera cultural y agudizándose aquellas naturales, esta vez, al sur de la zona ganadera. Los esfuerzos por integrar la Patagonia al resto de Chile comenzaron en 1946 cuando el Ministerio de Obras Públicas decidió iniciar la construcción de la Carretera Austral (Ruta CH-7). Con más de 1200 kilómetros de extensión, se trata de una vía longitudinal que se inicia en la ciudad de Puerto Montt y finaliza en Villa O’Higgins. Por la compleja geografía que incluye canales, fiordos y campos de hielo, la ruta no es constante y se encuentra pavimentada de manera intermitente, habiendo numerosos tramos que deben ser recorridos en trasbordador o a través de caminos de ripio.

La Patagonia Norte se caracteriza por su clima lluvioso y la presencia de impenetrables bosques y abundante vegetación, la cual se combina con lagos y fiordos de aguas tan cristalinas como turbulentas, procedentes de los enormes casquetes de hielo glaciar. Tras el rechazo del megaproyecto Hidroaysén, hoy estos paisajes continúan pareciendo prístinos, al mismo tiempo que el país ha diversificado su matriz energética y bajado considerablemente el precio de producción de la electricidad gracias a la masificación de las renovables no convencionales (ERNC).

Lugares mágicos

El largo trayecto que recorre la Carretera Austral implica internarse en una naturaleza prístina. El aislamiento es una situación real, ya que entre Puerto Montt y Punta Arenas, la única ciudad importante es Coyhaique, mientras que el resto corresponden a pequeños poblados, muy alejados entre sí. Algunos de ellos son parada obligatoria para visitar algunos de los hermosos atractivos naturales que ofrece la región de Aisén. Al interior del Lago General Carrera se alzan enormes formaciones de rocas metamórficas, con vetas grises y amarillas que contrastan con sus aguas turquesas. Por su majestuosidad, han sido bautizadas como las Capillas de Mármol y son posibles de visitar por el día desde Coyhaique. Distinta es la situación de Caleta Tortel, más alejada de la capital de la Patagonia Norte y que se trata del único pueblo 100% peatonal que existe en Chile. La belleza de sus construcciones y su húmedo clima con más de 300 días de lluvia al año la convierten en un atractivo que no se puede dejar de visitar si se llega a tales latitudes australes. El Parque Nacional Queulat, por su parte, se localiza al norte de la región de Aisén y constituye uno de los espacios más prístinos del país, estimándose que gran parte de su territorio es virgen; es decir, nunca ha sido pisado por la especie humana.

En la región de Magallanes y la Antártica Chilena, se encuentra la joya del turismo en la Patagonia: las Torres del Paine. Se trata de grandes formaciones rocosas de singular geomorfología, que, sumadas al paisaje rodeado de alpacas, las nieves eternas y el lago Pehoé, la convierten en un destino que no puede dejarse a un lado en la provincia de Última Esperanza.

¿Cuándo, cómo y por cuánto visitar la Carretera Austral?

Es recomendable visitar la Carretera Austral durante el verano, ya que corresponde a la temporada con mayores horas de luz al día. Sin embargo, debido a la alta carga de turistas, quienes planean un viaje más tranquilo y pretenden encontrar mayor disponibilidad para reservar alojamiento y tours, es posible viajar durante la primavera o el otoño.

La Carretera Austral ofrece paisajes fascinantes no sólo para las personas más aventureras que se animan a hacer largas caminatas y a acampar. También es posible hospedarse en ciudades y pueblos, realizando visitas por el día a los principales atractivos naturales.

Por último, es importante destacar que, si quiere recorrerse y conocer en profundidad las maravillas de la Patagonia chilena, es necesario contar con un presupuesto holgado, ya que la mayoría de los productos se encarecen debido al aislamiento, particularmente los alimentos, la gasolina y algunos billetes de bus que no se encuentran subvencionados por el Estado.

Uri Colodro
Geógrafo y Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Candidato a M.Sc. en Gobernanza de Riesgos y Recursos, Ruprecht-Karls Universität Heidelberg. Sus mayores áreas de interés corresponden al ámbito de la geografía urbana, social y cultural. Dedicado a la investigación y la consultoría. Lector apasionado y escritor de medio tiempo. Libera tensiones en la cocina y saliendo a dar paseos por la ciudad.

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