Texto: Por Nicolás Sanchez / Imágenes: Cantando Victoria

Se suele describir a Nuñoa como una comuna de bellas construcciones, activa vida cultural y una urbanización orientada a la vida familiar. También, como un sector pleno en símbolos republicanos (campus universitarios, el Estadio Nacional, el Liceo Experimental Manuel de Salas),  escogido como residencia por generaciones de intelectuales, artistas y políticos. Cierto o no,  si hay un lugar que mantiene hasta hoy este espíritu nuñoíno es el barrio Guillermo Franke.

El epicentro del barrio claramente es la Plaza que lleva el mismo nombre, en tanto sus límites son difusos, entremezclándose hacia el poniente y el norte con Barrio Italia.

De todas formas se puede identificar cierta homogeneidad en el cuadrante formado entre calles Manuel Montt, Irarrázaval, Infante y Santa Isabel, caracterizada por la tranquilidad de sus calles (en arterias como Cirujano Videla, Garibaldi o Atahualpa casi no circulan vehículos), el hecho de estar muy bien surtido por un comercio diverso, y su atmósfera residencial, marcada por la cercanía entre sus vecinos.

El barrio Guillermo Franke  debe su nombre al ingeniero que, en los años 30’, diseñó la calle que lleva su nombre, ubicada a una cuadra de la plaza. Los vecinos cuentan que en esta arteria está fuertemente relacionada con la historia musical nacional, ya que en este lugar se formó la agrupación Quilapayún, quienes eran visitados periódicamente por Violeta Parra y Victor Jara.

Guillermo Franke también habitó esta arteria, e intervino en el diseño de otras; detalle no menor, pues fue determinante en otorgar una impronta e identidad arquitectónica a este sector. Efectivamente, al pasear por sus  calles, es posible apreciar cómo las casas han mantenido sus fachadas y rejas bajas, techos de teja y piso de madera, estilo que ha sido respetado y mantenido por los cafés y negocios que durante los últimos años se han instalado en el lugar.  Los vecinos, por su parte, han defendido por años que se limite la construcción de edificios de altura.

La plaza: epicentro de las fiestas de barrio.

En ella, a toda hora se reúnen los vecinos para leer, conversar, o acompañar a sus hijos y nietos mientras se divierten en los numerosos juegos del sector.  A partir de la primavera, la plaza se convierte además en el punto de encuentro para numerosas actividades vecinales, como “Pic nic y cine en la plaza”, “Carnaval de Todos los Barrios de Ñuñoa”; y recitales.

La idea, es revivir el espíritu de las fiestas barriales que se hacían antaño.

“Cuando viene el clima cálido hay de todo: música, feria, control de mascotas, etc”. De todo”, recuerda Patricio Arismendi Barros, peluquero y dueño de la peluquería que lleva su nombre, instalada en Rengo 1496 (justo al límite norte de la comuna de Providencia).

Patricio vive hace 30 años en el sector. “Es un buen barrio, tiene su clase. Está bien combinado, (los habitantes) no son ricos ni tampoco gente pobre.  Es muy clase media”, asegura.  “Aquí todas las familias se conocen, todos saben dónde están los Spencer, una familia muy antigua de acá, los Pizarro, etc. Es un barrio de casas donde todavía queda vida familiar”.

Patricio Arismendi también destaca el espíritu colectivo de los vecinos del barrio Franke. “La gente todavía se ayuda. Los que están acá son amigos y se han ido casando y son familiares algunos con otros; entonces, están atentos de lo que les pueda pasar, les dejas las llaves de la casa, cuídamela, me llamas, etc. Esa parte hay que destacar, hay bastante humanidad de la gente en ese sentido”.

El estilista cuenta que varios sus clientes vienen desde hace 30 años. Algunos son carabineros, generales; otros,  artistas y profesionales de las numerosas productoras instaladas en el sector. Conoce el vecindario. “Uno de los Spencer, la Verónica, se casó con el Coco Legrand, el Coco tiene su bodega y oficina en Rengo.  Hay varios artistas, pintores, músicos”.

Además del salón de belleza, la plaza es rodeada por una interesante variedad de locales como el Muqueca (José Miguel Claro 2109), restauranteespecializado en comida brasileña (recomendada es la muqueca de camarón o pescado, acompañado de una refrescante caipiriña).

Hacia el sur, por Sucre, está el Café del Mundo;  mientras que en José Miguel Claro se encuentra el Restaurante San Remo, un clásico de aquellos, de ambiente parroquiano y uno de los mejores exponentes a nivel internacional del clásico arrollado. También abundan platos típicos como el pernil, las escalopas y chuletas.

“Es un barrio muy bueno, fuimos privilegiados en llegar aquí. La gente es bien amable”, reflexiona Raúl Sire, actual administrador e hijo del fundador, Osvaldo Juan Sire Camilla. Aunque el local original se ubicó por casi 100 años en la esquina de San Remo con Avenida Matta (en su inicios fue un bar), Sire asegura que hoy se sienten a gusto en el barrio Franke, donde atienden desde hace tres años. “La gente se ha hecho habitué, porque ven que somos tranquilos. Nosotros cerramos a las 22:00. Aunque igual llegan algunos clientes tradicionales, cuando les enviamos por whatsapp  el mensaje “Un borgoñita y un arrollado”, cuenta de forma pícara.

Los dulces árabes de Manuel Montt

Otra arteria plena en servicios y locales comerciales es Manuel Montt. A partir de la esquina de Santa Isabel, y en dirección al sur, es posible observar una amplia variedad que incluye desde carnicerías, botillerías, reparadoras de ropa, una heladería Copellia y una abundante oferta de empanadas artesanales.

Otro imperdible de Manuel Montt es el local Tarboush y su sabrosa oferta de comida y dulces árabes (consejo: pedir una hoja de parra, un zapallo relleno o un shawarma con pollo y salsa de yogur).

“Este local lleva 23 años en este sector. Fue uno de los pioneros en comida árabe”, dice Geydar Levio, una de las cocineras del local. “Nosotros tenemos clientes de años y años”, complementa María Trafian, quien hace 21 lustros trabaja en Tarboush. “Y no sólo de acá, vienen de Las Condes, de Vitacura, de Av. Kennedy, la Gran Avenida, de todos lados”, asegura.

Otro dato digno de ser destacado, corresponde al restorán, sanguchería y cafetería  Emporio El Caramaño, ubicado en Santa Isabel con Ana Luisa Prats.  Su aparición en esta zona es relativamente nueva, sin embargo,  su tradición en cocina chilena lleva más de 30 años, ya que sus dueños son los mismos del famoso Caramaño  ubicado en Bellavista. Cabe mencionar que este restorán  forma parte del circuito gastronómico de Barrio Italia, pero dado su cercanía y calidad sentimos la obligación de recomendarlo a quienes viven o visitan el Barrio Guillermo Franke.

Los años dorados

Al tomar calle Sucre en dirección poniente, una buena opción es seguir hasta Domingo Faustino sarmiento y luego avanzar hasta Irarrázaval. El observar la belleza clásica de sus casas, sus áreas verdes, sus característicos plátanos orientales y la tranquilidad de sus calles.

Cerca de allí vive Vilma Ruiz cuya especialidad son las  limonadas  hechas con una receta de su abuela paterna; su puesto  esta abierto todo el año, solamente se cierra cuando  llueve y está ubicado en Sucre 1571, muy cerca de la plaza. Vilma lleva viviendo 22 años en el barrio y lo describe como” el barrio más tradicional que aún se mantiene en Ñuñoa.”

 “En Manuel Montt con Sucre hubo un almacén llamado ‘Emporio Santa Rosa’, muy antiguo, atendído por su dueña y su esposo, Don Emilio, un señor que usaba unos inconfundibles pantalones con suspensores.   Al entrar al almacén era como retroceder en el tiempo, todo era de otra época, incluso se envolvía en papal kraft y papel periodico”.

Un destino final, ya en la periferia del barrio Guillermo Franke, es la famosa Pastelería California (ubicada en Irarrázaval 1570), que ya suma 51 años de existencia. Desde sus comienzos, este local emblemático de Nuñoa creció como el tercer tiempo natural tras las funciones del Cine California (actualmente, el Teatro Municipal de Nuñoa), ubicado de forma contigua. “Yo he conocido generaciones que vienen acá, los papás con sus hijos, y ahora los hijos con sus hijos, señala Verónica Maragliano, quien lleva 35 años trabajando en la pastelería.

“Los dueños son dos hermanos italianos. Vinieron jovencitos de Italia y compraron esta pastelería. Hoy, el maestro pastelero tiene 40, 45 años acá. Han entrado jovencitos, se han casado, han formado familia, han trabajado por años y se han muerto aquí también. Esto tiene mucha historia. Vienen políticos, escritores”, recuerda.

Son algunas de las historias del barrio Guillermo Franke. Sin dudas, un lugar que es parte del alma y corazón de Nuñoa.

Datos

Restaurantes:
-Muqueca restaurante con aire playero especializado en comida brasileña (José Miguel Claro 2109).
-Tarboush: Comida y dulces árabes para servir y llevar (M. Montt 2406).
-San Remo (Miguel Claro 2220).
-El gran Huascarán, comida peruana (Av. Manuel Montt 2197).
-Delight & Nutrition, dedicado a la comida nutricional y saludable (en M. Montt con Diagonal Oriente).
-Mistura del Perú (Santa Isabel 0496).
-Emporio Caramaño (especialidad cocina chilena/ Clásica, sándwiches) en Santa Isabel con Ana Luisa Prats 1571

Supermercados y abarrotes:
-Ekono (Santa Isabel 861, esquina Manuel Infante)
-Monserrat (Irarrázaval 1489)
-Verdureria y abarrotes Cuzqueño (almacén de barrio muy completo, en Manuel Montt 2111).

Varios:
-Mia Casa Decoraciones (Manuel Montt 2257, esquina Garibaldi), dedicada a cortinajes, sofás, muebles y re tapizados, todo en toque vintage.
-Clínica veterinaria Perruquería Montparnasse (Manuel Montt 2283).
-Fábrica de Empanadas Gilberto Monti (Manuel Montt 2112).